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Mi teoría de la Enseñanza Basada en la Investigación

Updated: Sep 11, 2021


Cuando obtuve mi licenciatura en educación, tenía muchas teorías educativas frescas en mi mente. Sentí que estaba lista para enfrentar cualquier desafío que surgiera en el aula. Había estudiado a Dewey, Vygotsky, Piaget, Skinner, Bronfenbrenner, Maslow y muchos otros investigadores famosos en los campos de la psicología, la pedagogía, la filosofía, la sociología y la educación.


Muchas de estas teorías clamaban por prácticas educativas más modernas. Asimismo, estos criticaban las estrategias escolares tradicionales por considerarlas obsoletas y no acordes al ritmo natural de aprendizaje de los niños. En palabras de Dewey, “Sus creencias se formulan en términos de O Esto - O Aquello, entre los cuales se encuentra no reconocer posibilidades intermedias” (Dewey, (1938/1997), p. p.17).


En mi primer día como profesora, quería ponerme manos a la obra y empezar a planificar. Para mi sorpresa, recibí unos cuadernos antiguos que un profesor muy reconocido y experimentado de la escuela había escrito hace muchos años como guía de planificación. Esos cuadernos resumían los elementos más importantes del plan de estudios oficial, y yo debía seguirlos para planificar y enseñar mis lecciones. Para instruir a la clase, tenía que copiar las palabras del cuaderno en la pizarra. Los estudiantes debían escribir estas palabras en sus cuadernos y estar siempre en silencio. Si los estudiantes empezaban a hablar entre ellos, yo debía dejar de copiar en la pizarra y empezar a dictar la lección. Así se recuperaba el silencio y el control del aula. Dewey dijo sobre esto: “El carácter no social de la escuela tradicional se ve en el hecho de que erigió el silencio como una de sus principales virtudes” (Dewey, (1938/1997), p. 63).


Estaba claro que la filosofía de la escuela estaba basada en creencias tradicionales, y esa no era la educación en la que yo creía. Mis primeras dos semanas bajo esa estructura rígida y aburrida fueron caóticas. Me dolía el brazo de escribir tanto en la pizarra. Además, descubrí que era alérgica a la tiza y estornudaba todo el tiempo. Me aburría y veía el mismo aburrimiento en mis cuarenta alumnos.


Mi filosofía no era coherente con la que seguía esa escuela. Tenía que hacer algo. Entonces decidí hablar con mi supervisor y traté de convencerla para que me permitiera planificar una lección más acorde con las teorías educativas modernas que había aprendido en la universidad. Después de insistir mucho, accedió a darme una oportunidad.


Debo admitir que este primer intento no fue fácil porque un aula con cuarenta alumnos bajo un enfoque progresivo puede fácilmente volverse un caos. Esto lo podemos explicar nuevamente en palabras de Dewey: “El objetivo ideal de la educación es la creación de poder del autocontrol. Pero la mera eliminación del control externo no es garantía para la producción de autocontrol.” (Dewey, (1938/1997), p. 64). Entendí que yo había logrado un plan de lecciones moderno, pero no logré gestionar los procedimientos del aula y la disciplina de manera efectiva..


Este breve relato de mis inicios como docente es la clave para comprender mi filosofía educativa. Mis primeros años como profesora no fueron fáciles y debatía constantemente entre la aplicación de una filosofía tradicional o una progresista. Sin embargo, esos años me hicieron comprender que en educación nada es blanco o negro. Debe haber un equilibrio. En este artículo abordaré diferentes tipos de teorías y cómo el equilibrio entre ellas ha influido en mi forma de planificar, gestionar el aula, instruir, evaluar y atender la diversidad.


PLANIFICACIÓN


Comencemos analizando cómo las diferentes teorías han dado forma a mi forma de planificar. Según Woolfolk (2016), "La planificación influye en lo que aprenderá el alumno porque la planificación transforma el tiempo disponible y el material curricular en asignaciones de actividades y tareas para los estudiantes" (p. 533).


En teoría, esto suena simple, pero ¿cómo se aplica eso en la vida real? A pesar de lo que afirman muchas teorías modernas, hay factores, como muchos niños por aula, como ocurre en Venezuela, que obligan a los docentes a planificar bajo un enfoque más tradicional y controlado. Pero el avance tecnológico y muchos factores de la vida moderna no se adaptan a prácticas tan rígidas.


Planificar desde una perspectiva progresista parece ser la solución. Sin embargo, si tienes cuarenta niños en el aula y no aplicas las estrategias adecuadas de gestión del aula, puedes perder el control del grupo y el énfoque de la lección fácilmente. Woolfolk dijo,


"Para planificar de manera creativa y flexible, los maestros deben tener un conocimiento amplio sobre los estudiantes, sus intereses y sus habilidades; las materias que se enseñan; alternativamente, formas de enseñar y evaluar los conocimientos; cómo aplicar y adaptar materiales y textos; y cómo reunir todo esto en actividades significativas. " (Woolfolk, 2016, p. 533).

No obstante, ¿cómo podemos integrar todos esos factores? Obtuve la respuesta a esta pregunta en un campo diferente a la educación, cuando estaba estudiando un Máster en Gestión de Recursos Humanos.


En el área empresarial, la planificación estratégica es un concepto fundamental. Una empresa es un sistema influenciado por muchos otros sistemas. "La planificación estratégica es un esfuerzo deliberativo y disciplinado para producir decisiones y acciones fundamentales que dan forma y guían lo que es una organización (u otra entidad), lo que hace y por qué" (Bryson 2011, 7-9. Qtd. En John M. Bryson, 2017) Esta perspectiva sistemática de la planificación me ayudó a entender que no basta con tener una amplia variedad de conocimientos y ponerlos todos en actividades creativas y significativas, sino también contemplar todos los escenarios posibles que pueden influir en el éxito o no de la planificación del maestro.


Sabemos que los niños no son el producto de una empresa, pero, al igual que las empresas, muchos sistemas influyen en los niños. Recordemos el modelo bioecológico de desarrollo de Bronfenbrenner (Bronfenbrenner, 1989, Bronfenbrenner & Morris, 2016. Qtd. In (Woolfolk, 2016, p.81), "El entorno fiísico y los contextos sociales en los que nos desarrollamos son ecosistemas porque interactúan constantemente e influyen unos en otros ".


Los ecosistemas también afectan nuestra planificación. Por eso, además de tener objetivos claros y planificar actividades significativas , debemos visualizar todos los posibles riesgos, variables, oportunidades y amenazas que puedan estimular o dificultar el logro de la planificación. Eso nos permite tomar decisiones rápidas y adecuadas para adaptar el plan a situaciones imprevistas haciendo las modificaciones necesarias y así aprender. En resumen, un equilibrio entre las perspectivas tradicionalista, progresista y sistémica define mi filosofía a la hora de planificar.


GERENCIA DEL AULA


Una planificación adecuada da paso a una mejor gestión del aula, pero este no es el único elemento a considerar. Muchos factores pueden estimular u obstaculizar la gestión de los estudiantes, y hay tres fundamentales para mí.


El primero de estos elementos es el sentido de eficacia del profesor. Esa es la "creencia del maestro de que él o ella puede llegar incluso a los estudiantes con problemas para ayudarlos a aprender" (Woolfolk, 2016, p.442). Según muchos estudios, el sentido de eficacia del profesor está relacionado con el rendimiento de los estudiantes. "Cuando los profesores tienen un mayor sentido de eficacia, sus estudiantes aprenden más, y cuando los estudiantes aprenden más, la eficacia de los profesores aumenta" (Holzberger, Philipp y Kunter, 2013. Qtd. En Woolfolk, 2016, p. 442). Sin embargo, ¿qué pasa si los estudiantes no logran los objetivos, no siguen las instrucciones del profesor o distraen constantemente a la clase? Es probable que disminuya el sentido de autoeficacia del profesor, especialmente cuando no tiene mucha experiencia.


Según un estudio realizado por Robert V. Bullough, Jr y Janet Young, "¿Quiénes son los maestros, que muestran en sus emociones, qué se les pide, ellos luchan por dar sentido a su experiencia y por preservarse a sí mismos, esto podrían ser no totalmente estable o seguro ". (Robert V. Bullough, 2002, p. 429) La Universidad Brigham Young realizó el estudio. Este consistió en evaluar el primer año de trabajo de aproximadamente 100 pasantes en las escuelas primarias locales. La retroalimentación y el apoyo de los profesores con más experiencia determinaron el manejo adecuado de las emociones de estos profesores novatos. Además, este apoyo influyó en la forma en que los pasantes interactuaban con los estudiantes a su cargo.


Muchas de las teorías psicológicas, que son necesarias para el desarrollo emocional de los estudiantes, deben aplicarse primero a los profesores. La confianza en sus habilidades y el control de las emociones son elementos fundamentales en la gestión del aula y en la instrucción de los objetivos de aprendizaje. Según Bullough (2002), "Creemos en el ámbito de las emociones como constitutivas del yo que existe, una de las obras más importantes para los formadores de profesores". (Robert V. Bullough, 2002, p. 429).


En mi opinión, otro elemento clave en la gestión del aula es crear un ambiente de aprendizaje positivo. Cecil (2015) dijo: "Los maestros tienen el desafío de crear un clima en el aula que fomente la alegría de la alfabetización y el aprendizaje" (p. 329). Cecil indica cinco factores esenciales para desarrollar un clima de aprendizaje positivo: ambiente lleno de mensajes escritos y letras, demostración y modelaje, altas expectativas, retroalimentación efectiva del maestro, modificaciones y diferenciación de la instrucción.


Aunque las observaciones de Cecil se centran en entornos que fomentan el desarrollo de la alfabetización de los estudiantes, sus conclusiones se aplican al proceso de enseñanza en general, como explican Pianta y sus colegas (2008-2013, Qtd. En Woolfolk, 2016, p. 532),


"El trabajo de Pianta ha identificado tres aspectos del clima del aula que están relacionados con el desarrollo y el aprendizaje de los estudiantes de preescolar y primaria; las relaciones probablemente también se mantengan en la escuela secundaria. Estas tres dimensiones son consistentes con las características de los docentes identificadas en investigaciones anteriores sobre la enseñanza y cubren las dimensiones afectiva, conductual y cognitiva."

De la dimensión conductual se deriva el tercer elemento que considero imprescindible en la gestión del aula: las rutinas. Las rutinas ayudan a los estudiantes a saber qué esperar del maestro y, al mismo tiempo, a comprender qué se espera de ellos. Los estudios realizados por Pavlot, Skinner y las corrientes conductuales son teorías relevantes para establecer y gestionar estas rutinas. Sin embargo, no podemos asumir estas propuestas como definitivas. El equilibrio entre las teoriías afectiva, conductual y cognitiva me ha ayudado a establecer una interacción positiva con mis estudiantes y a tener estrategias más efectivas para manejar los procedimientos del aula, la disciplina, la motivación y el aprendizaje.


ENSEÑANZA


Además de la planificación y la gestión del aula, la enseñanza también requiere un equilibrio entre las diferentes teorías. En mi opinión, el constructivismo es una de las fuentes vitales que inspiran mi desempeño docente. Gunning (2010) dijo, "El constructivismo es la teoría del aprendizaje que enfatiza la construcción activa del conocimiento por parte de los individuos" (Qtd. En Tracy, 2017, p.55). Esta construcción solo es posible "cuando el alumno participa activamente en el proceso de aprendizaje" (Tracy, 2017, p. 56).


Una forma en la que el alumno se compromete con su aprendizaje es utilizando una estrategia innata a todo ser humano: la curiosidad. Reiss (2014) incluye la curiosidad como uno de los 16 elementos fundamentales que fomentan el aprendizaje humano (Qdt. En Woolfolk, 2016, p.465). Pensemos en los bebés. ¿Cómo aprenden a balbucear, gatear, interactuar con el entorno o hablar? Todo esto sucede debido a la capacidad de cada ser humano para explorar, descubrir e interactuar con el entorno. Entonces, si los bebés aprenden explorando, motivados por su curiosidad, ¿no es lógico pensar que ocurre lo mismo con los niños mayores en un aula? Aprender a escribir, sumar o leer siguen el mismo principio.


La curiosidad estimula la motivación y, a su vez, estimula la atención y el aprendizaje. Rogovin (2001) dice al respecto: "Los bebés son personas pequeñas inquisitivas ... El mismo proceso de indagación puede continuar en el aula, el interés y las preguntas de los niños se convierten en el foco central del plan de estudios de los jóvenes "(p.1).


Personalmente, siempre he sido muy curiosa y me gusta investigar. Cuando no sé algo, no puedo detenerme hasta conocer las respuestas. Por eso, como Rogovin, creo que la curiosidad es una de las herramientas más poderosas para estimular el aprendizaje. Por ejemplo, antes de planificar una clase, me gusta escuchar las preguntas, dudas e intereses de mis alumnos. Luego trato de planificar actividades que incluyan esta información y juntos encontrar las respuestas necesarias. Me gusta motivar a mis estudiantes para que investiguen.


Cuando tú, como profesor, aceptas que no tienes todas las respuestas, les das a los niños la responsabilidad de su aprendizaje. Te ves a ti mismo como otro aprendiz. Entiendes que nadie es dueño del conocimiento, aunque todos podemos ayudar a construirlo. Eso es lo que propone Vygotsky con su teoría del constructivismo social (1978, 1986, 1987, 1993), "El conocimiento, las ideas, las actitudes y los valores de los niños se desarrollan a través de las interacciones con los demás" (Woolfolk, 1998. Citado en Tracy, 2017, p. .167). ).


Aunque las teorías constructivistas orientan un alto porcentaje de mi instrucción, se enmarcan dentro de la estructura del método científico. Debe haber orden en el aprendizaje. No todas las preguntas conducen a experiencias de aprendizaje positivas y no todas las experiencias de aprendizaje dan lugar a resultados positivos. Eso lo expresa Dewey (1938), el primer constructivista estadounidense. Dewey criticó la falta de estructura en muchas prácticas escolares progresistas y dijo que no debemos negar la valiosa contribución en la organización intelectual que ofrece la ciencia empírica a la educación. (pág. 31).


Así como no podemos negar la notable estructura proporcionada por el método científico para organizar el aprendizaje, no debemos ignorar las contribuciones excepcionales de las teorías del desarrollo, especialmente en la enseñanza de conceptos abstractos. Por ejemplo, cuando se enseña matemáticas uno se da cuenta de cómo las etapas de desarrollo de Piaget se aplican en la vida real. En muchos países, existe una tendencia a enseñar matemáticas mediante algoritmos y repetición. Es decir, enseñas la fórmula y luego la repites muchas veces, cada vez con números más grandes. Sin embargo, el análisis y la solución de problemas matemáticos no siguen un único camino. Muchas veces los estudiantes no saben cómo aplicar los algoritmos que ya conocen. En la mayoría de las ocasiones, no están preparados para hacerlo porque no han experimentado lo suficiente con material concreto para avanzar a etapas más abstractas del pensamiento.


Tracy (2017) dice a este respecto: "Los maestros deben comprender las formas en que los niños piensan en las diferentes etapas de desarrollo para poder crear lecciones y actividades apropiadas para su desarrollo" (p. 86). Enseñar matemáticas sin tener en cuenta la investigación de Piaget y Vygotsky puede dar como resultado que los estudiantes no puedan restar, multiplicar o dividir con fluidez en los niveles superiores de primaria o secundaria. Estos estudiantes también podrían enfrentar dificultades al intentar razonar y resolver problemas en los que necesitan combinar más de una operación matemática.


Una vez más, el equilibrio es la palabra clave en el complejo proceso de aprendizaje. Si bien el aprendizaje se basa en la curiosidad innata del ser humano y su constante interacción social con el entorno, no podemos olvidar que existen etapas del desarrollo cognitivo que deben ser consideradas y respetadas cuando se enseña.


EVALUACIÓN


Otro elemento importante, donde el equilibrio entre las distintas corrientes teóricas es fundamental, es la evaluación. Lo primero que debemos contemplar es qué significa evaluación. Según R.L. Linn & Miller (2005),


"Cada vez más, los especialistas en medición utilizan el término evaluación para describir el proceso de recopilación de información sobre el aprendizaje de los estudiantes. La evaluación es más amplia que las pruebas porque incluye todo tipo de formas de registrar y observar las destrezas, el conocimiento y las habilidades de los estudiantes " (Qtd. En Woolfolk, 2016, página 570).

La evaluación puede ser formativa o sumativa. La evaluación formativa ocurre durante la instrucción guiando la planificación de la enseñanza y ayudando a mejorar el desempeño y aprendizaje del estudiante. Por otro lado, la evaluación sumativa se da al final de un período o unidad para medir los logros de los estudiantes (Woolfolk, 2016, p.571). Ambos tipos de evaluación son igualmente importantes y tienen diferentes propósitos.


Con respecto a la evaluación formativa, un estudio de Dylan Wiliam (2004) informó sobre los logros de los estudiantes de secundaria que trabajaban en aulas donde los profesores se tomaban el tiempo para desarrollar estrategias de evaluación formativa. La muestra estuvo formada por 24 profesores que recibieron apoyo durante seis meses para explorar y planificar su enfoque de la evaluación formativa. Luego, los maestros implementaron estos planes con las clases seleccionadas. Los resultados obtenidos en ese estudio fueron los siguientes,


"Proporcionaron evidencia que mejorar la evaluación de la capacitación produce beneficios tangibles en términos de evaluaciones exigidas externamente ... Es difícil realizar una estimación cuantitativa del tamaño del efecto, pero parece probable que las mejoras equivalen aproximadamente a la mitad de una calificación de GCSE por estudiante. Si bien estas mejoras pueden parecer pequeñas, si se replicaran en toda la escuela, elevarían el desempeño de una escuela en el percentil 25 o a nivel nacional en la mitad superior "(Dylan Wiliam, 2004, págs. 64-65).

La importancia de la evaluación formativa no disminuye la relevancia de la sumativa. Por el contrario, ambos pueden generar mejora, motivación, retroalimentación efectiva y sobre todo, más que medir, el proceso debe ser educativo. Al respecto, Wiggings (1998) dice,

"Cuando nuestras escuelas practican la evaluación formativa, nuestros niños y nuestros maestros llegan a ver la evaluación como algo fundamental para el aprendizaje, vinculada a las demandas del mundo real (y, por lo tanto, a los incentivos) y digna de atención. Por lo tanto, en vez de parecer una serie de aros temibles y onerosos para saltar, la evaluación ahora se parece más a las otras áreas que educan y motivan durante la prueba: el juego, el recital y la obra. Se vuelve agradable y se vuelve más capaz de acomodar una diversidad apropiada de talentos, aspiraciones e intereses al mismo tiempo que apoya altos estándares." (Wiggins, 1998, pág. 7).

Si planificas tus lecciones, administras tu salón de clases y brindas la instrucción adecuada, la evaluación se convierte en el mejor aliado. El éxito de la evaluación genera motivación y estímulo en los estudiantes. Lo contrario produce rechazo y desmotivación. Además, Wiggings (1998) expresa que la retroalimentación efectiva y la evaluación auténtica (directamente relacionada con la vida real) son fundamentales en el proceso de aprendizaje. Ambos son instrumentos para monitorear el progreso de los estudiantes, pero también para fomentar el aprendizaje.


DIVERSIDAD


El último elemento que quiero considerar es la diversidad. ¿Cómo puede el equilibrio de las diferentes teorías educativas ayudarnos a comprender y gestionar adecuadamente este importante factor?


Dentro de un aula, el común denominador es la diversidad. Eso es simplemente por la misma razón por la que todos los seres humanos somos diferentes. Roland Tharp (1989, citado en Woolfolk, 2016, p.240) explicó cuatro dimensiones a considerar al respecto: organización social, valores culturales, preferencias de aprendizaje y sociolingüística. Todos estos factores están directamente relacionados con las teorías del aprendizaje social e influyen en todos los demás campos relacionados con el aprendizaje.


Tracy (2016) dijo: "Las perspectivas del aprendizaje social incorporan varias teorías diferentes, todas las cuales enfatizan el papel central de la interacción social en el desarrollo del conocimiento y el aprendizaje" (p.159). Es por eso que nuestra planificación, gestión del aula, instrucción y evaluación deben abordar la diversidad de nuestros estudiantes y sus interacciones sociales.


Vygotsky nos da una idea clara de cómo integrar todo esto en su Teoría del Constructivismo Social. Tracy (2016) se refiere a una anécdota personal para ilustrar la contribución de Vygotsky,,


"La idea de Vygotsky de la zona de desarrollo próximo se relaciona estrechamente con una práctica en mi distrito llamada instrucción diferenciada ... Los niños que están por encima de cierto nivel no pierden el tiempo volviendo a aprender información que ya conocen. Del mismo modo, los niños que requieren refuerzo en algunas áreas tienen la ventaja de recibir soporte por parte del maestro."(p. 159).

Si tenemos un aula diversa, debemos planificar en consecuencia y diferenciar nuestra instrucción, evaluación, estrategias de gestión del aula y todos los elementos necesarios para enseñar a cada alumno como un ser humano individual y diferente.


Woolfolk (2016, p. 242) explica que para lograr este objetivo fundamental, los profesores deben conocer a sus alumnos, respetar su cultura, incluir su idioma y planificar lecciones para conectar su cultura con los nuevos aprendizajes. En palabras de Palardy (2013), “Un fuerte énfasis en lo académico y altas expectativas se combina con un apoyo afectuoso para los estudiantes, esa es la clave” (Qtd. En Woolfolk, 2016, p.243).


CONCLUSIÓN


En conclusión, mi filosofía educativa se basa en un equilibrio entre diferentes perspectivas teóricas. En algunos casos, estas teorías parecen contrarias. A pesar de esta ambigüedad, he logrado combinarlos en la proporción adecuada para generar experiencias educativas ricas y significativas tanto para mis alumnos como para mí. Este equilibrio se ha debido a dos factores fundamentales: la investigación constante y la experiencia docente adquirida durante mis veintiocho años como docente.


Estoy de acuerdo con Tracy (2017) cuando afirma: "Los educadores que creen en la importancia de múltiples teorías entienden que cada una hace una contribución única y valiosa a la comprensión de los fenómenos que se examinan" (p. 256).


La educación no puede ser progresista o tradicionalista, constructivista o conductual, sino un balance entre ellas. Creo que nuestra misión como maestros es cambiar la filosofía de 'Either-Ors' (O ESTO, O AQUELLO) por una filosofía de experiencias balanceadas tal como lo afirma Dewey (1928) y lo confirman muchas investigaciones que resumen Woolfolk (2016), Cecil (2015), Tracy (2016) y muchos otros a través de sus libros.


"Lo que queremos y necesitamos en la educación pura y simple, y nos aseguraremos y progresaremos más rápido cuando nos dediquemos a averiguar qué es la educación y qué condiciones hay que cumplir para que sea una realidad y no un nombre o un eslogan. Es solo por esta razón que he enfatizado la necesidad de una sólida filosofía de la experiencia." (Dewey, 1938, p.91).

Bibliography


Cecil, N. L. (2015). Striking a balance: A comprehensive approach to early literacy (5th ed. ed.). Scottsdale, AZ: Holcomb Hathaway Publishers.


Dewey, J. ((1938/1997)). Experience and education. New York, NY: Touchstone.


Dylan Wiliam, C. L. (2004). Teachers developing assessment for learning: Impact on student achievement. Assessment in Education: Principles, Policy & Practice . Retrieved 11 30, 2017, from www.tandfonline.com: http://www.tandfonline.com/action/showCitFormats?doi=10.1080%2F0969594042000208994


John M. Bryson, L. H. (2017, February 15). Getting strategic about strategic planning research. Retrieved December 2, 2017, from http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/14719037.2017.1285111


Robert V. Bullough, J. &. (2002). Teacher Development, Learning to Teach as an Intern: the emotions and the self. Retrieved from www.tandfonline.com: blob:http://www.tandfonline.com/a9f05329-72d5-4b4a-be2b-7ba506756db2


Rogovin, P. (2001). The Research Workshop: Bringing th World into Your Classroom. Porstmouth, NH: Heinemann.


Tracey, D. a. (2017). Lenses on reading: An introduction to theories and models (3rd ed. ed.). New York, NY: The Guilford Press.


Wiggins, G. (1998). Educative assessment: Designing assessments to inform and improve student performance. (Jossey-Bass., Ed.) San Francisco, CA.


Woolfolk, A. (2016). Educational Psychology (13th ed.). Pearson.

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